Sistema muscular

Somos, aproximadamente un 40% músculo (bueno, unos más que otros).

El sistema muscular es el componente de buena parte de nuestro cuerpo. Su  misión principal es el movimiento, tanto voluntario como involuntario.

De forma muy esquemática, el sistema nervioso ordena a los músculos que se muevan, y estos, conectados a los huesos por los tendones, hacen que podamos caminar o coger una taza de te.

Por fortuna, no siempre necesitamos ser conscientes del movimiento de los músculos: respirar o que nuestro corazón no se pare, no requiere nuestra atencíon.

Existen distintos tipos de músculos, con distintas funciones y con nombres muy bonitos. Agunos de ellos, incluso nos suenan:
– Abductores

– Bíceps

– Cuádriceps

– Deltoides

– Diafragma

– Esfínteres (varios)

– Esternocleidomastoideo

– Glúteos (mayor, mediano y menor. Por la posición, no por el tamaño)

– Pectoral

– Trapecio

– Triceps

Y hay músculos con nombres muy simpáticos:

– Aproximador del primer dedo

– Elevador del ano

– Largo del cuello

– Obturador externo

– Poplíteo

– Rotadores
Dado que muchos de nuestros músculos están en continuo movimiento, son propensos a sufrir problemas.  Más o menos como las partes móviles de una máquina. Los músculos se sobrecargan, se contracturan, se rompen o «microrompen». Por esfuerzos, por no moverse, por moverse demasiado.

Y no se debe olvidar, que los músculos trabajan en conjunción con otros sistemas: nervisoso, muscular, circulatorio.. Cualquier problema de uno de estos sistemas afectará al resto. Por ejemplo, un músculo agarrotado puede «descolocar» un hueso que causa un pinzamiento en un nervio, que nos hará sentir dolor en otra parte del cuerpo.

Mantenar un buen tono muscular es imprescindible para nuestro cuerpo y para nuestro bienestar. Un masaje relajante con unos estiramientos previos puede ser una muy buena idea para cuidar de nuestros músculos.  Es equivalente a «engrasar la máquina». Mejor cuidarlos antes de que tengan problemas.